martes, 9 de abril de 2013

ESCUELA Y FUNCIÓN DOCENTE EN EDUCACIÓN INFANTIL: CONDICIONES DE CALIDAD Y EFICACIA II


En primer lugar desarrollamos el concepto de competencia como el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para desempeñar una función dada, y para lo cual se requiere: contar con un conjunto de conocimientos especiales que permiten dominar como experto los contenidos y tareas propias de cada ámbito profesional.
En el Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) el estudiante cobra un perfil más destacado. El sistema, diseñado conforme a la filosofía ECTS (European Credit Transfer System), convierte al “crédito” en la unidad básica de planificación, de actuación y de evaluación. Este concepto va siendo conocido y aceptado, pero no sucede lo mismo cuando a dicho sistema de créditos se le vincula con el aprendizaje por competencias. Esta situación es particularmente llamativa por las implicaciones estrechas y relevantes que debiera tener, al menos, en tres niveles: en la formulación de los títulos, en la utilización de métodos, actividades y recursos de aprendizaje, y en la evaluación.
En este tema también encontramos la importancia del proyecto Tuning. The Tuning Educational Structures in Europa Project, define la “competencia” desde una perspectiva integrada, como “lo que una persona es capaz o competente de ejecutar, el grado de preparación, suficiencia y/o responsabilidad para ciertas tareas”.
Las competencias se clasifican en transversales o generales y específicas. Las transversales son las propias del diseño de la titulación. Las específicas son el contrapunto y deben hacer explícitos los resultados de aprendizaje de una asignatura.
Las transversales, a su vez, se clasifican en instrumentales, interpersonales y sistémicas. Las interpersonales miden las habilidades de relación social y de integración en diferentes colectivos y la capacidad de trabajar en equipos específicos y multidisciplinares, esto es, se trata de las capacidades que permiten que las personas tengan interacción con los demás. Las sistémicas miden las cualidades individuales y la motivación en el trabajo, ya que exigen destrezas relacionadas con la comprensión de la totalidad como un sistema. Las competencias específicas se dividen en tres clases: las académicas o relativas a conocimientos teóricos (saber); las disciplinares o conjunto de conocimientos prácticos requeridos para cada sector profesional (hacer); y, finalmente, las de ámbito profesional, que incluyen tanto habilidades de comunicación e indagación, como el know how aplicadas al ejercicio de una profesión concreta (saber hacer).
En cuanto a las competencias profesionales que debe de tener el docente de Educación Infantil, se pueden resumir de la siguiente manera:
-          Conocer las características profesionales y personales implicadas en esta profesión.
-          Identificar cuáles son sus ámbitos de actuación como profesional de la educación.
-          Saber sus capacidades y funciones en cada uno de los campos en los que se puede actuar.
-          Reflexionar sobre las responsabilidades de la profesión con los niños/as, padres/madres, compañeros/as…
-          Analizar el compromiso de participación social
-          Mantener sus conocimientos al día con una formación continuada
-          Incorporar la ética a la acción profesional.
Por último, los maestros y maestras de Educación Infantil requieren desarrollar las habilidades y destrezas profesionales propias de la función docente de manera tal que asegure una eficiente implementación del currículo y que garantice una educación de calidad.

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