jueves, 25 de abril de 2013

ATENCIÓN TEMPRANA



“Conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”. Esta es la definición que da el Libro Blanco de la Atención Temprana. El Libro Blanco de Atención Temprana es un instrumento para poder llegar a la comprensión y el desarrollo de la Atención Temprana. Además ha propiciado la expansión de la Atención Temprana, así como el diseño de planes específicos en las diversas Comunidades Autónomas.

La Atención Temprana no debe de entenderse como algo dirigido exclusivamente a niños con discapacidad sino que va dirigida a toda la población infantil. Las intervenciones se hacen tanto al niño como al entorno que le rodea, es decir, a la familia, escuelas, etc.
También encontramos definiciones de otros autores sobre la atención temprana como las siguientes:
-          Guralnick (2001): “sistema diseñado para apoyar patrones familiares de interacción que mejor estimulen el desarrollo evolutivo del niño”.

-          Shonkoff y Meisels (2000): “los servicios multidisciplinares que se les ofrecen a los niños desde su nacimiento hasta los cinco años. Los principales objetivos son: fomentar la salud y el bienestar infantil, mejorar las competencias emergentes, reducir los retrasos evolutivos, remediar las discapacidades existentes o posibles, prevenir los deterioros funcionales, fomentar la paternidad responsable y sobre todo la funcionalidad familiar”.

-          Dunst (1985): “provisión de apoyo (y recursos) a las familias de los niños por parte de los miembros de redes de apoyo social formal o informal que repercuten tanto directa como indirectamente en los padres, la familia y el funcionamiento del niño”.

En los inicios de esta disciplina se empezó utilizando el concepto de estimulación precoz pero evolucionó a una terminología más precisa, es decir, pasó a llamarse estimulación temprana. Este término aparece en el documento de la Declaración de los Derechos del Niño, en 1959, definido como una forma especializada de atención a los niños y niñas que nacen en condiciones de riesgo biológico y social, en el que se privilegia a aquellos que provienen de familias marginales, carenciales o necesitadas. Es  Lydia Coriat la que propone e inicia el cambio de precoz a temprana. Define la estimulación temprana como “una técnica que tiene por objetivo apoyar al niño en el desarrollo de sus aspectos instrumentales, destinada a brindar impulso a funciones ya existentes en el sujeto, y susceptibles de averiarse por medio del estímulo, actuando dicha estimulación a través de la actividad que produce en el sujeto estimulado, dirigiéndose al niño en su conjunto, siendo la acción el eje de datos en el desarrollo del niño, consistente en crear las mejores condiciones posibles para que la misma familia del niño lo rodee y lo incluya como uno más”. Pero en 1998 Candel diferencia entre ambos conceptos diciendo que: “Estimulación precoz, como un tratamiento dirigido únicamente al niño, sino más bien atención temprana como un conjunto de actuaciones dirigido al niño, la familia y a la comunidad”. Ya en el año 1999 el grupo de Prevención y Atención al Desarrollo Infantil en 1999 la define como: “Conjunto de acciones planificadas”. Finalmente en el año 2000  el Libro Blanco de la Atención Temprana ofrece la última definición de Atención Temprana: “Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”.

Una atención Temprana en la escuela debe participar de principios esenciales como son:
-          El diálogo entre las familias y las administraciones; la gratuidad e igualdad de oportunidades evitando riesgos y previniendo discapacidades. Interdisciplinariedad que debe identificar los diferentes ámbitos (físicos, psicológicos y pedagógicos) y la coordinación de los profesionales que intervienen.
-          Una buena sectorización que haga limitar los campos de actuación a los diversos servicios.
-          El tutor/ a de aula debe realizar una intervención didáctica que tenga en cuenta todos los factores que intervienen en el desarrollo infantil (físico, neurológicos, psicológicos y pedagógicos) para intervenir desde el punto de vista educativo.
-          Es decir, es necesario proceder en primer lugar a una valoración de las necesidades del niño y de su entorno, para realizar posteriormente un tratamiento educativo rehabilitador que tenga en cuenta el currículum común de su edad al mismo tiempo que los programas de apoyo específicos.

En la organización de toda etapa educativa se deben considerar aspectos formales como son las leyes y planificación docente; aspectos personales como profesionales que inciden en la etapa y aspectos materiales.
En el organigrama actual de la administración pública los ámbitos competentes en materia de Atención Temprana son: Sanidad, Servicios Sociales y Educación.
Se hace necesario un sistema que regule y arbitre las relaciones entre estas tres áreas, creando un marco legislativo de carácter estatal y autonómico que establezca la coordinación y la actuación conjunta a favor de la gratuidad y universalización de los centros de Atención Temprana en todo el territorio del Estado.

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